Alter-e-Go!!

Wednesday, November 22, 2006

No te lo puedes perder...

Al parecer esta es una tarde de recuerdo de aquellos profes que no sólo marcaron una senda y un camino en este extraño quehacer llamado filosofía. Acá va un texto y un saludo de / para el siempre estimadísimo Miguel Vicuña.

PRÓLOGO
Reedición de Del Vanguardismo a la Antipoesía
Fragmento de un artículo aparecido en La Época, Santiago de Chile, Suplemento de Literatura y Libros, 76 (24.09.89)
Por Miguel Vicuña Navarro

En un estilo que hace gala de esa rara cortesía que se llama claridad y amenidad (a la que algunos, a veces, renunciamos por comodidad, desesperación e insolencia), el texto de Federico Schopf desarrolla ciertas tesis que van marcando silenciosamente, a pie de página, su apoyo documental, serio y serial, merced a pertinentes y enjundiosas notas destinadas a lectores inconformistas.Contrariamente a cierta opinión habitual -harto ligera, por cierto, pero alimentada en algún grado por el programa poético enunciado polémicamente por Tomás Lago en "Luz en la poesía" al presentar a Tres Poetas Chilenos (1942): Nicanor Parra, Óscar Castro, Victoriano Vicario- que ha querido ver en la poética parriana únicamente una poesía de la claridad perfectamente ajena y aún opuesta a las vanguardias y a su pretendido hermetismo, privilegiando abusivamente en ella la recuperación de la poesía popular y un pretendido regreso al mundonovismo de un Carlos Pezoa Véliz, Schopf demuestra que desde 1948, al menos, y pasando por el Quebrantahuesos (1952) y, por cierto, a partir de Poemas y Antipoemas (1954), la (anti)poética de Parra se despliega como una recuperación de la herencia vanguardista más radical. Retorno y recuperación que llevan a cabo una sistemática reelaboración -desde una perspectiva histórica diferente, por cierto- de los procedimientos y concepciones poéticas, estéticas y éticas de las vanguardias clásicas.Esta conexión íntima y esencial con la poética de vanguardia exhíbese en la antipoesía a través de, al menos, tres elementos fundamentales de su elaboración:1) El empleo sistemático del montaje como principio constructivo típicamente vanguardista, en particular dadaista, consistente en el collage de elementos heterogéneos, fragmentos dispersivos y diseminantes que manifiestan la ruptura de la correspondencia entre las partes y el todo y, en definitiva, la suspensión de la idea de totalidad (el antipoeta "traslada tumbas de lugar": desplaza fragmentos discursivos de contexto, produciendo la incongruencia entre denotaciones y connotaciones, componiendo en una serie no totalizable -suerte de enumeración caótica- fragmentos procedentes de discursos diversos).2) La elaboración del sujeto poético como dramatis persona -lo que permite una estructura y desarrollo narrativos en el antipoema- que se debate en una desesperada búsqueda de una totalidad inalcanzable y, por tanto, ilusoria y falsa, la que, a fin de cuentas, se reduce tan sólo a fragmentos inconexos ("el cielo se está cayendo a pedazos").3) La desublimación/desacralización del discurso poético y de la figura misma del poeta que, señalado como un individuo común y corriente y hasta ridículo, queda igualado con los lectores, en oposición a la concepción romántica, pero principalmente al simbolismo -y en Hispanoamérica al modernismo (cf.Tristan Tzara: "Le poete peur s'adonner a des excercices de gymastique suédoise. Je me trouve assez sympathique". Nicanor Parra: "los poetas bajaron del Olimpo").Como bien lo señala Schopf, no cabe duda que tal reelaboración de la poética vanguardista tiene un sentido claramente polémico respecto de ciertas poéticas vigentes en la época de emergencia de la antipoesía. Desde luego, en cuanto ruptura definitiva con la concepción sacralizante de la poesía que asumía el modernismo, ella rechaza no sólo la propia poesía de la claridad a la que el mismo Parra aparecía asociado en la década de 1940, sino principalmente la falta de radicalidad vanguardista que podía detectarse en el propio Huidobro -el más vanguardista de los poetas hispanoamericanos-, en el tardío surrealismo chilensis y en otras formas de recaída en la estética trascendentalista y mundonovista de ciertas poéticas inicialmente asociadas al vanguardismo.Parece evidente, en este sentido, que el principal blanco de la operación antipoética fue el realismo socialista, al que Neruda se adscribió en ciertas secciones de Canto General (1950) y en Las Uvas y el Viento (1954). Fue esta doctrina justamente con aquella poética nerudiana posterior a la Guerra Civil Española que, haciendo abandono del vanguardismo de Residencia en la Tierra (1933-1935), asume una concepción sacral del poeta como intermediario entre el pueblo y la historia- la que, al parecer, constituyó la principal recaída o claudicación que la operación antipoética se propuso de(con)struir.Pero más allá o más acá de esa intención polémica, ¿qué otros sentidos pueden leerse en la operación antipoética de Parra? Si bien los ensayos de Schopf no lo desarrollan explícitamente, sí creo que en cierto modo sugieren la posibilidad de entender la antipoesía parriana como un postvanguardismo que resulta vinculable con total pertinencia a las corrientes postmodernista que hacia la misma época hacen la aparición en EE.UU. y Europa en el ámbito de las artes plásticas, arquitectónicas, literarias, etc.Desde luego, la disolución de la totalidad postulada por la racionalidad enciclopédica, la dispersión de la subjetividad del racionalismo moderno, la fragmentación de la inteligibilidad iluminada -rasgos anunciados ya en el pensar de Marx, Nietzsche y Freud, y ampliamente explicitados en el pensar contemporáneo- constituyen un suelo epistémico que las corrientes postmodernistas comparten con el postvanguardismo parriano.Me parece que en la lectura que propone Schopf de la operación antipoética parriana, en tanto reelaboración de las poéticas vanguardistas, puede entenderse que aquélla lleva a cabo una resolución de la tensión entre modernismo y vanguardia, una suspensión de la ambivalencia/ oscilación que caracterizaban a aquella tradición de la ruptura hasta la década de 1940; resolución que tiene lugar por la vía de la definitiva suspensión de la poética modernista y sacralizante, así como merced a la reconducción del vanguardismo, a través de la elaboración irónica del sujeto como dramatis persona, hacia una nueva esfera crítica en que las viejas aspiraciones neorrománticas de las vanguardias históricas (cambiar la vida, en virtud de la subversión poética y la Révolution Surréaliste) ha sido sustituida por la práctica del desplazamiento, la demolición y la de(con)strucción de los hábitos ideales y morales en los que descansan el mundo moderno y sus vicios.En esta perspectiva, las tesis de Schopf permiten obtener algunos corolarios respecto de la poesía chilena y su historia.Si al resolver la tensión característica de la tradición de la ruptura enmarcada en la polaridad modernismo/ vanguardia, la (anti)poética parriana de 1948-1954 constituye una clausura de la época modernista-vanguardista (1900-1950) de la poesía chilena (y eventualmente de la hispanoamericana), puede decirse que a la vez anuncia la apertura de nuevas posibilidades poéticas a partir de tal clausura, inscribiéndose en la partida de nacimiento de lo que debería entenderse como la poesía chilena actual.Desde Poemas y Antipoemas los poetas chilenos han explorado de diverso modo tales posibilidades abiertas por la antipoesía: Enrique Lihn, desde luego, que colaboró con Parra en el Quebrantahuesos y elaboró desde 1949 una poética crítica y de(con)structiva de primera magnitud: la emergencia poética chilena de las décadas de 1960 a 1980, y el propio Parra con sus artefactos, ecopoemas, trabajos prácticos, discursos de sobremesa.En contra del actual predominio -ingenuo, pero no inocente- de la mitología generacional y las vacías cronologías lineales basadas en las coordenadas biológicas de los candidatos a autores, considero que toda ordenación crítica de las producciones poéticas de los últimos cincuenta años en Chile debe, como requisito mínimo de pertinencia y seriedad, situar a esos discur-sos en alguna conexión visible con las posibilidades abiertas desde la operación antipoética de Parra. Juntamente con otros beneficios de claridad y visibili-dad, creo que podemos agradecer al libro de Federico Schopf este corolario de mínima pertinencia, de saludable efecto, por cierto, en estos tiempos de im-punidad intelectual y de la otra.

Tuesday, November 21, 2006

OTRO de don OSCAR

Este se encuentra en el poemario: MAL DE AMOR de 1981.... y sirve para mostrar que con sólo cuatro versos puede ser suficiente...


A MI BELLA ENEMIGA

No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco de este.

Sunday, November 19, 2006

Uno de Hahn

TELEVIDENTE
Aquí estoy otra vez de vuelta
en mi cuarto de Iowa City

Tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell
frente al televisor apagado

La pantalla refleja la imagen
de la cuchara entrando en mi boca

Y yo soy el aviso comercial de mi mismo
que anuncia nada
a nadie.

Vueeeltaaaaaa!!!!

De vuelta (a la esquina) -dijo el tipo aquel ¿¿que no ve que ya está volteada?? -pensé.
Y entre esas cosas que vuelven hace un par de días volvió un disco que estaba hace mucho extraviado, y con él, también esta canción...




Chicas
Andrés Calamaro

Algunas me duelen y otras no,
otras me quieren todava,
algunas me quieren y me odian a la vez.
Algunas me partieron en tres
y sigo buscando algn pedazo.
Alguna se comió mi corazón
Alguna vez te quise demasiado,
la verdad es que sigo colgado
de la que me colgó la última vez
Hay encuentros que nunca quise olvidar
y no dejo de esperar el nuestro
partiéndome.
Alguna vez pedí perdón mil veces
pero tengo mil más
y respiro sin mirarte en el aire.
Mirarte en el aire es mi mayor problema
partirme en pedazos rotos
de espejos, y estas muy lejos.
Dicen los más viejos del bar
primero hay que aprender a olvidar
no sé si habrs podido por los dos
porque yo...
Dicen los más viejos del bar
primero hay que aprender a olvidar
no sé si habrás podido por los dos
porque yo...

Saturday, November 18, 2006

DÍAS COMO NAVAJAS, NOCHES LLENAS DE RATAS

La jornada de ayer trajo a algunos malasangre's a presentar una de sus breves obras por estos lares, en esta ocasión "uno de nuestros mentores, Charles Bukowski" -Dijo Hugo MS- Estuvo todo bien, muy bien en realidad, sobre todo un par de "actrices" completamente bukowskianas, como la escena incluía vino cabe decir que estuvo hasta mejor.
Pero después de todo a pesar de la diversión, salí de ahí algo extrañando este, el poema que más me gusta de CB no fue leído y ni siquiera considerado. Entonces qué me queda, sino meter la punta de la nariz para decir éste también.
Aquí entre las navajas y las ratas no más que una invitación a la lectura.
Saludos

Siendo muchacho dividí en partes iguales el tiempo
entre los bares y las bibliotecas; cómo me las arreglaba para proveerme de
mis otras necesidades es un puzzle; bueno, simplemente no
me preocupaba demasiado por eso-
si tenía un libro o un trago entonces no pensaba demasiado
en otras cosas- los tontos crean su propio
paraíso.
en los bares, pensaba que era rudo, quebraba cosas, peleaba
con otros hombres, etc...
en las bibliotecas era otra cosa: estaba callado, iba
de sala en sala, no leía tantos libros enteros
sino partes de ellos: medicina, geología, literatura y
filosofía. Psicología, matemáticas, historia, otras cosas me
aburrían. Con la música estaba más interesado en la música y en
la vida de los compositores que en los aspectos técnicos...
sin embargo, era con los filósofos con los que me sentía en hermandad:
Schopenhauer y Nietzsche, incluso aquel viejo difícil-de-leer Kant;
encontré que Santayana, bastante popular en aquella época,
cojeaba y era aburrido; con Hegel realmente tenías que escarbarlo, sobre todo
con una resaca; hay muchos de los que leí de los que me he olvidado,
quizás con buena razón, pero recuerdo un tipo que escribió un
libro entero en el que probaba que la luna no estaba allí
y tan bien lo hizo que después pensaba, está
absolutamente en lo cierto, la luna no está allí.
¿cómo cresta va un muchacho dignarse a trabajar
8 horas al día cuando la luna ni siquiera está allí?
¿qué otra cosa
estará faltando?
y no me gustaba la literatura tanto como los críticos
literarios; ellos sí que eran verdaderos aguijones, esos tipos usaban
un lenguaje refinado, hermoso a su manera, para llamar a otros
críticos, otros escritores, unos huevones. Me
subían el ánimo
peor eran los filósofos quienes satisfacían
esa necesidad
que acechaba en alguna parte de mi confuso cráneo: vadeando
por sus excesos y su
vocabulario cuajado
aún me asombraban
saltaban hacia mí
brincaban
con una llameante declaración lúdica que aparecía ser
una verdad absoluta o una puta casi
absoluta verdad,
y esta certeza era la que yo buscaba en una vida
diaria que más bien parecía un pedazo de
cartón.
qué grandes tipos eran esos viejos perros, me ayudaron a atravesar
esos días como navajas y noches llenas de ratas; y mujeres
regateando como martilleros del infierno.
mis hermanos, los filósofos, me hablaban como nadie
venido de las calles o alguna otra parte; llenaban
un inmenso vacío.
Qué buenos muchachos, ah, ¡qué buenos muchachos!
sí las bibliotecas ayudaron; en mi otro templo, los bares,
era otra cosa, más simplista, el
lenguaje y el camino era diferente...
días de bibliotecas, noches de bares.
las noches eran todas parecidas,
hay un tipo sentado cerca, quizás no de
mal aspecto, pero a mí no me parece bien,
hay una horrible muerte allí -pienso en mi padre,
en maestros de escuela, en caras, en las monedas y billetes; en sueños
de asesinos de ojos fríos; bueno,
de alguna forma este tipo y yo llegamos a cruzar miradas
una furia lentamente comienza a acumularse: somos enemigos,
gato y perro, cura y ateo, fuego y agua; la tensión crece,
bloque sobre bloque apilado, esperando el choque; nuestras manos
se abren y cierran, cada uno bebe, ahora, finalmente con un propósito:
su cara se torna hacia mí:
"¿alguna cosa te molesta?"
"sí. tú"
"¿quieres algo
para arreglarla?"
"seguro."
terminamos nuestros tragos, no paramos, nos movemos hacia el
fondo del bar, afuera en el callejón; nos
damos vuelta, mirándonos cara a cara.
le digo, "no hay más que aire entre nosotros. ¿algo
para cerrar el hueco?"
él se precipita hacia mí y de alguna forma es una parte de una parte de la parte.

C.B.

Sunday, November 05, 2006

El regalo

Sólo cuando perdí las ganas de perder, logré cederle la palabra; el papel de regalo con sus motivos infantiles maquillaba tu adiós, y el juego solitario del Yoyo decía que no volvería a jugar contigo.
Boté el papel pero aún conservo la rosa para ver si le crece alguna espina.